La tripulación del Baluma nombrada hijos predilectos de St. Jean de Luz

Domingo 13/05/2012

Hoy hemos madrugado menos, pues a lo mejor teníamos invitadas a nuestro yate y no era cuestión de hacerlas madrugar. (Me estoy refiriendo a mi mujer, hija e invitada francesa. Para que no haya malos entendidos)

Al final no han venido y nuestro armador no da señales de vida así que salimos los de siempre, el que suscribe y su fiel grumete Jokin.

Saludamos a Hendaya con nuestra consabida cervecita mañanera y una vez liquidada nos vamos para el barco. Llenamos el depósito de agua, y descubrimos con pavor que no es un depósito convencional sino hinchable y como le hemos metido el agua a ojo lo hemos llenado tanto que parece la barriga de un cirrótico y ha levantado la tapa que lo mantiene escondido en el camarote.Lo hemos dejado a punto de estallar. Rápidamente abrimos el grifo de la cocina y bombeamos el agua sobrante hasta dejarlo en un nivel aceptable.

Hacemos algún que otro ajuste más y soltamos amarras. La salida no ha sido muy profesional que digamos, pues el barco ha quedado cruzado al viento abatiendonos contra el resto de barcos atracados. Al final, gracias al bichero, ponemos la proa en dirección correcta y salimos.

El día es aceptable, soleado y con viento moderado-alto, y ponemos proa hacia St. Jean de Luz. Para mi gusto el Baluma tiende a escorar demasiado aunque el viento no sea demasiado fuerte y hace la navegación un poco incómoda para quien no esté buscando sensaciones fuertes. Mi duda es, si con este viento escora tanto, que pasará con viento fuerte de verdad? La sola idea de pensarlo me pone la piel de gallina, y no me gustaría que me pillara sin estar preparado. Imagino que al menor atisbo de viento habrá que coger rizos y recoger parte del génova para mantenerlo en una posición medianamente cómoda.

Llegamos a St. Jean de Luz en aprox. una hora y media y nos dirigimos al puerto pesquero para atracar contra el muelle, de nuevo el viento nos deja cruzados abatiendonos contra un pesquero lo que nos obliga a hacer una nueva maniobra y a la segunda lo conseguimos. Subo por las escaleras con las amarras y las hago firmes en los norays del puerto (curiosamente son cañones antiguos enterrados, de los que solo asoma el culo).

Vuelvo a bajar y me encuetro a Jokin peleando con las defensas, pues no hay gomas protectoras y el muelle esta cuajado de ostras cortantes contra las que choca el casco del barco con el balanceo. Al final lo dejamos medianamente apañado y nos disponemos a comer.

El menú del dia es el siguiente: De primero ensalada de tomate, y como ración unos macarrones recalentados (sobras de la semana anterior) pero que aqui nos saben a gloria. Todo ello regado con unas cervecitas San Miguel, bien fresquitas. De postre Cuajada de la Cris, cuya excelencia fue alabada por mi querido compañero, y sin embargo grumete, Jokin.

Después de una sobremesa agradable y fregoteo de los utensilios de cocina, soltamos amarras y volvemos a Hendaya. El viento sigue siendo de una buena intensidad, pero en este caso nos pilla por la proa y nos vemos obligados a ceñir dando bordos interminables. Como nos dan las 19:00h y todavia estamos demasiado cerca de St. Jean de Luz y muy lejos de Hendaya, arriamos velas (La génova nos da problemas pues no quiere bajar, y posteriormente descubriré una de las defensas estaba atada contra el cabo que sirve para recogerla) y encendemos el motor.

Llegamos sobre las 20:00 h y atracamos con normalidad, entre que recogemos y nos vamos nos dan la 20:45h y llegamos a Burlada para las 22:00h. Por mi parte estoy completamente baldado y no he sido muy buena compañia para el conductor, pues estaba peleando todo el rato por que no se me cerrasen los ojos y me quedase dormido, con lo cual no le he dado mucha conversación que digamos.

Ha sido una jornada larga y dura, pero a merecido la pena ademas ya podemos decir que toda la tripulacion del Baluma ha puesto sus pies en tierras infieles, conquistando un trozo de francia para la corona española (lo siento Jokin, lo tenia que decir...)